Para leer la parte 2, aquí.
Al tercer día de esta travesía, nos levantamos a eso de las 8 a.m. y vamos a hacer lo más esperado: Parapentes, una actividad que nunca había pensado hacer, en lo que arreglamos maletas y vamos al desayuno de las cabañas al hotel, llega el autobús, entre los pagos de la excursión y otras cosas, nos vamos.
En el camino, los nervios míos y de otros cuatro compañeros se van sintiendo, llega un momento en que dice el chófer y guía: me voy con estos, jajaja que cara hicimos, veinte minutos subiendo la montaña fue lo que duramos, al llegar la vista era impresionante y el aire fresco se sentía bastante bien, cuando nos asignan los guías, nos dicen: corran y nunca dejen de correr.
Me dicen a correr, tras luchar con la brisa corro y nos quedamos en el aire, todo el miedo desapareció y al estar en el aire, la vista, la brisa, la libertad, todo era grandioso, al aterrizaje y esperar más de cinco horas esperando por los demás, nos vamos al hotel y nos encontramos con la grata sorpresa de esperar unas cinco hora de retraso...
Pero al final, todo salio bien y la experiencia de haber estado en la ciudad de la eterna primavera, Jarabacoa, fue excelente, no me quería ir y por seguro quiero volver pronto, una experiencia como esta siempre que se tenga la oportunidad, hay que vivirla.
Tengo fotos y videos del paragliding en mi Instagram.
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